La borraja

La borraja es, sin duda, una de las verduras emblemáticas de Aragón, objeto de deseo de esta Cofradía, que pretende difundir sus valores, también a través de esta web.

jueves, 28 de junio de 2012

RECETA 012 Timbal de borrajas, champiñones y gambas


Esta receta iba a ser publicada en el número 26 de GASTRO ARAGÓN, de enero/febrero de 2012, dedicado a la borraja, obra del cocinero Joaquín Muñoz. Pero no teníamos suficientes páginas...


Ingredientes para 4 personas:
200 gramos de tallos de borrajas, 200 gramos de champiñones, 20 gambas, 1 diente de ajo, cebollino, mahonesa, aceite de oliva.
Elaboración:
Cocer las borrajas y escurrir bien. Limpiar los champiñones y cortarlos en finas láminas.
Saltear los champiñones con el ajo picado y las gambas peladas y un poco de cebollino en un poco de aceite.
Para servir el plato, en un aro redondo poner una cama de borrajas, encima una capa de champiñones y para finalizar cubrir con las gambas.
Desmoldar y servir con un tallo de cebollino. Decorar con un hilo de mahonesa.

martes, 26 de junio de 2012

Borraja en el mejor bocadillo de ternasco de Aragón 2012

El Mejor Bocadillo de Ternasco de Aragón 2012, obra de las hermanas Lorena y Vanesa Lacort, propietarias del bar-restaurante El Chaflán —R. Alfonso 19. La Puebla de Alfindén. 976 109 092—, lleva en su composición borraja, bien que en forma de crema ahumada. En concreto, el bocadillo, Capricho Alfindeño, está compuesto de pierna de ternasco de Aragón asada, crema de borrajas ahumada, kikos, aceite de chipirón y pan de aceite.
El presidente del jurado, Ángel de Uña, ha señalado el elevado nivel técnico de los 109 establecimientos participantes. Asimismo, ha querido destacar «la recuperación del sabor genuino del Ternasco de Aragón en combinación con productos de la tierra imprescindibles como las borrajas. Se trata de un bocadillo con un pan excelente y fácil de comer».


sábado, 23 de junio de 2012

Feliz excepción y norma a seguir



Este momento feliz, hablando de borraja, en que vivimos, se ha debido a un triple e inusual encuentro entre tres elementos, partiendo, además de una extendida base popular. La borraja, sí, ya se consumía habitualmente en Aragón en la segunda mitad del pasado siglo. Pero solamente en domicilios y restaurantes populares. De hecho, a principios de los ochenta, Manuel Vázquez Montalbán no pudo disfrutar de un plato de borraja servido sobre mantel de tela. Pero en la segunda mitad de los ochenta confluyen felizmente tres sectores en torno a la borraja.? La producción, la investigación y la alta restauración. De una parte se selecciona la variedad movera, que permite más rentabilidad y extensión en el cultivo. Pero también es entonces cuando los hermanos Mené la introducen en las grandes superficies limpia y cortada, lista para su uso inmediato. Finalmente, desde el restaurante Gayarre, bien que asociada con las almejas -con el militante borrajero Manuel Berbegal, al frente de la casa, y Miguel Ángel Revuelto en la cocina- se introduce en la alta cocina, adquiriendo un prestigio gastronómico del que, hasta entonces, carecía. El resto es conocido: se incorporan más productores, surgen nuevas recetas y se convierte en el producto emblema de nuestra gastronomía. Un camino conocido y ejemplar, que debería ser remedado por otros productos que también lo merecen. No será lo mismo, ni probablemente lleguen a alcanzar la categoría emblemática de la borraja, por diferentes razones. Pero solo así o de forma parecida conseguirán incardinarse en el imaginario aragonés. Y son bastantes, a poco que pensemos, desde la cebolla Fuentes de Ebro al melocotón de Calanda, sin olvidar el ternasco, la trufa, la achicoria, la longaniza, etc.
José Miguel Martínez Urtasun

Los crespillos, una fiesta en Barbastro



Íntimamente relacionados con las medievales frutas de sartén, los crespillos de borraja se han convertido en un signo de identidad de Barbastro. De hecho, el domingo, 25 de marzo, se celebrará la Virgen Crespillera –es decir,  la de la Encarnación– en su plaza Mayor, con la fritura popular de miles de estos dulces postres.
Que no son más que tiernas  y pequeñas hojas de borraja, empapadas en una masa de harina, huevo y los secretos de cada cual, que se fríen, de una en una, en abundante aceite de oliva.
Quiere la tradición que se elaboraban para contribuir a que se preñaran las oliveras, probablemente porque nueve meses después, en invierno, dan sus primeros frutos y por esta época comienza a apreciarse los primeros brotes en los olivos.
En cualquier caso se trata de un genuino hallazgo popular, capaz de aprovechar cualquier elemento comestible y convertirlo en un delicioso placer para los sentidos.
Muchos sólo utilizan las hojas de borraja para este postre, cuando simplemente hervidas con patata y ajo, y posteriormente trituradas conforman una deliciosa crema, que gana con la adición de un poco de comino.
Volviendo a Barbastro, en cuyas huertas del Vero crecen muchas borrajas, la visita a la fiesta es obligada. Cuadrillas de amigos –entre las que nunca falta Antonio Cosculluela, alcalde de la localidad y presidente de la Diputación de Huesca– elaboran miles de crespillos, cada cual con su personal fórmula, a la vista del público, que después disfruta del resultado.
Una magnífica excusa para acercarse al Somontano.

Casi eterna


La ciencia ha demostrado que los íberos de Segeda ya consumían borraja.
En el yacimiento íbero de Segeda, en  la actual localidad zaragozana de Mara, ya se consumía borraja, guisada con grasa animal, como demuestran los restos encontrados allí. También sabemos que fue exportada a América en las primeras expediciones del XVI, aunque sin especial éxito.
Consumida con fruición en el valle medio del Ebro, en el resto de España es bastante desconocida. Sin embargo, triunfa en restaurantes y modernos cocineros como Andoni Luis Aduriz la suelen utilizar, pues su sabor y versatilidad se adapta muy bien a la cocina de vanguardia.
En el resto de Europa, salvo en el norte de Italia donde hasta aparece en los menús diarios y sirve para aromatizar una bebida refrescante,  es prácticamente desconocida. No así sus flores, generalmente silvestres, que se utilizan en la alta cocina en ensaladas y también como decoración.
Sí es conocida, en forma de aceite, como elemento cosmético y nutricional.

La borraja, de boca en boca


Borraja. FOTO LUIS CORREAS

Artículo publicado en el número 26 de GASTRO ARAGÓN, de enero/febrero de 2012, dedicado a la borraja, escrito por Eva Rueda.

Es de color verde oscuro, muy peluda y no muy agraciada. Una hortaliza nada atractiva ni bella en su exterior, pero de esas que hay que probar e hincar el diente. Ya la comían los griegos aunque nos ha llegado su nombre en latín. Estamos hablando de la borraja, borago en latin, como un conocido restaurante zaragozano.
Es una de las verduras más arraigadas a nuestra tierra; ¿quién no sabe que la borraja es de Aragón? Su sabor es suave y exquisito, y combina de maravilla con una simple patata cocida o con un chorrito de aceite de oliva. La borraja saltó a la fama hace 24 años desde un restaurante zaragozano, el Gayarre, y hoy en día se ha incorporado a los hogares aragonesas y a los mejores restaurantes con múltiples preparaciones. La borraja se puede degustar con arroz y sin él, en forma de crespillos, como sorbete, mermelada, cóctel, salteada, en crema, en ensalada, rellenas, en espuma, rebozadas, picantes, en pesto...y mucho más.
La borraja campa a sus anchas en nuestra tierra  aragonesa por la resistencia al frío y a las heladas. Y para más señas, su código postal es zaragozano, concretamente se siembra, se cuida, se recoge en el valle medio del río Ebro; principalmente en la provincia de Zaragoza –especialmente en Las Fuentes, Montañana, Movera y Utebo– y algo en Navarra y Logroño. Movera no solo es un barrio rural muy cerquita de Zaragoza, aguas abajo y en la margen izquierda del Ebro, y regado en parte por el río Gállego. Es también el nombre de una de las dos  variedades de borraja que se comercializan. La otra variedad de borraja que llega a nuestras mesas es la borraja de flor blanca. 
La borraja aragonesa forma parte del patrimonio agroalimentario europeo desde 1997 y es un producto que goza de la marca C’ Calial, la imagen de calidad alimentaria del Gobierno de Aragón que garantiza el esmero en los cultivos y la óptima calidad de la verdura presentada en las mesas.
Su historia es, además, verdaderamente curiosa. Tanto como que empezó a ser conocida, difundida y muy valorada –desde hace unos años– desde que en el anteriormente mencionado restaurante Gayarre se inventara una original receta: Arroz con borrajas y almejas, que luego pasó a ser Borrajas con arroz y almejas, cuya elaboración muchas mujeres han aprendido y han ido incorporando a sus menús familiares gracias a las jornadas de cocina con verduras que desde siempre ha desarrollado este conocido restaurante.
La borraja ha dado el salto inverso: del restaurante a los hogares, del tal forma que sus múltiples y riquísimas combinaciones han pasado a formar parte de todo recetario aragonés que se precie. La borraja va de boca en boca. Es una verdura difícil por su aspecto, pero exquisita por su original sabor y por sus propiedades contra los resfriados, es diurética, purifica... La borraja es protagonista de digestivos primeros platos, ya que ha demostrado una especial efectividad para protegernos del cáncer de estómago, y rebozadas y fritas conforman excelentes dulces conocidos como crespillos, típicos de Barbastro. La planta, rica en fibras y minerales, es diurética, sudorífica y tonificante y conforma un excelente depurativo para la sangre. Y en múltiples variedades: mermelada de borrajas, crespillos de borrajas, croquetas de borrajas, dulces de borrajas, aceite de borrajas...
No hay restaurante aragonés que se precie que no incluya un plato tradicional o sofisticado con borraja. ¿Se ha puesto de moda? En Madrid, está considerada un plato de lujo en los restaurantes de alta cocina. ¿Quién  paga 18 euros por degustar unas borrajitas cocidas y salteadas con jamón? Muy ricas, por cierto.
¿Cómo ha pasado de ser una verdura deshechada a ser considerada una delicatessen? La borraja sigue siendo, en parte, una gran desconocida en las mesas española aunque cada vez más degustada en las mesas aragonesas.  En esto de la historia de los productos alimentarios y su evolución, hay historias realmente curiosas. Y la de la borraja es, sin duda, tremendamente interesante.

Miguel Ángel Revuleto elaborando su arroz con borrajas. FOTO GASTRO
Cenas románticas... con borrajas
Para saber un poco más sobre esta peculiar verdura hay que remontarse nada más y nada menos que al año 1987. O mucho antes o quizás mucho después. Por aquel entonces, Miguel Ángel Revuelto sustituye a Miguel Ángel Aliaga como jefe de cocina del restaurante Gayarre. «Desde siempre en este restaurante hemos mimado a las verduras y con la borraja hemos creado una historia muy particular». «Apostamos aquel siempre por dos factores: buen producto y buena calidad, y aquel año –1987– nos inventamos  ofrecer todos  los  jueves cenas románticas para parejas. Se pusieron de moda y ofrecíamos menús elaborados diferentes cada semana, acompañados de baile y violín».
«Realmente nos inventamos platos con salsas nuevas, diferentes... y de ahí salió una receta de arroz con borrajas y almejas, que nos pedían y pedían y que nos siguen pidiendo». Desde entonces han pasado nada más y nada menos que 24 años: del amor a la borraja, vaya.
Revuelto lo explica de la siguiente forma: «oías decir a los clientes ¡que rico!, ¡qué bueno!..., así que optamos por dejar este plato en la carta». Era noviembre de 1988 y  hoy, año 2012, el plato Tallos de borraja con arroz y almejas, sigue estando  impreso en la carta del Gayarre y se sirve a diario.
«Desde ese año lo damos todos los días. Y el cliente lo pide; todos los días y todo el año», destaca Miguel Ángel al tiempo que precisa: «la borraja tiene ahora más sabor y la seleccionamos de invernadero. Como jefe de cocina apuesto siempre por la renovación porque no podemos ni debemos ofrecer al cliente los mismos platos, pero lo cierto es que si los comensales lo piden estamos encantados con nuestra receta». «Y te aseguro –incide Miguel Ángel– que nos lo piden con muchísima frecuencia».
Treinta kilos de borraja fresca y recién cogida es lo que se consume en el restaurante Gayarre  a la semana. El jefe de cocina destaca que desde el punto de vista culinario se trata de un plato muy sencillo y «realmente, ha llamado la atención por el hecho de que la borraja es nuestra, es o era desconocida, y por la difusión que ha tenido esta receta».
En su círculo profesional, Miguel Ángel Revuelta es conocido con dos sobrenombres:  el príncipe de las verduras y el Capitán Borrajas. Su trayectoria de la mano de las verduras, y en especial de la borraja, no ha pasado desapercibida. «Cuando doy clases de cocina, hacemos el arroz con borrajas como sorpresa el último día. Siempre damos la receta con total transparencia». Y es que en El Gayarre, todos los cocineros, ayudantes y jefes de cocina saben hacer este plato al dedillo. «Hemos cocinado miles y miles de raciones de arroz con borraja y almejas. Aquí lo han degustado y repetido en varias ocasiones cocineros y chefs de la talla de Carme Ruscadella , Albert Adrià (hermano de Ferran) o el recientemente fallecido Santi Santamaría con muchos elogios por parte de todos ellos y de su equipo acompañante, pero también lo hemos llevado fuera y lo hemos presentado como plato estrella en el Hotel Ritz de Madrid, en representación de la gastronomía aragonesa, y lo hemos cocinado para el Príncipe Felipe y en Expo Zaragoza 2008 y en sinfín de ocasiones».
La borraja con arroz y almejas se ha convertido en uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía aragonesa. El comensal suele quedar sorprendido por las mezcla y suavidad de los sabores. Tan sorprendente que en muchas ocasiones, el maitre de El Gayarre tiene que mostrar al cliente cómo es exactamente una mata de borrajas.
Revuelto nos cuenta su truco: el producto, es decir, la borraja tiene que ser fresca y del día. Y el resto está en sus 45 recetas de borraja, que oscilan desde un postre a combinaciones con tempura, ensalada, pescado, jarretes... Ahora entenderán por qué este reconocido chef fue bautizado como el Capitán Borrajas en un congreso de chefs de Eurotoques celebrado hace ya años en Panticosa. Un chef que no tiene remilgos en desvelar que para hacer la borraja al vapor hay que usar un tallo muy fino, que se corta de manera especial y que tan sólo se cuece durante tres minutos y medio justos para que esté prácticamente al dente. O en explicar que la mejor borraja es la que tiene un palmo de altura.
En términos gastronómicos, un plato ya es antiguo cuando se empieza a imitar. Una circunstancia que ya está pasando con este afamado Borrajas con arroz y almejas, dado que ya hay establecimientos que ofrecen borrajas con chipirones, con berberechos, etc.

La borraja, un tesoro agrícola
Josechu Corella, de La Bal d’Onsera, el único restaurante zaragozano con una estrella Michelín también ha incorporado la borraja a su carta como uno de sus productos punteros. Destaca la Ensalada de borrajas, tomate y jamón de este chef que acaba de estar en la capital madrileña en un evento paralelo a Madrid Fusión, haciendo una demostración de cocina... con borraja. Para Josechu Corella, la borraja «es un tesoro agrícola» y es uno de esos escasos productos sencillos de una calidad única que reivindicamos en nuestro restaurante, sobre todo las borrajas que tienen los tallos más cortos, que son los que realmente marcan la diferencia».
Y también asoman –y no precisamente de forma tímida– las borrajas en el conocido restaurante La Rinconada de Lorenzo. Uno de sus platos más populares son  las Borrajas con almejas» con borrajas, almejas, ajo, cebolla, perejil, caldo de pescado. Eso sí, la ofrecen con  la siguiente leyenda: «Las borrajas son una verdura típica de Aragón. Es la gran  desconocida, le sorprenderá su suavidad y sabor al paladar.  La manera más común de comerla, es cocida con patata y  un buen aceite de oliva virgen extra, como Olibegolid arbequina».
La borraja es una planta humilde y las recetas para prepararla muchas y variadas. Al margen de los restaurantes e incorporada ya a todos los recetarios aragoneses, en muchos hogares se cocinan recién cogidas de la huerta.
Sólo hace falta quitar las hojas y cortar los tallos en trozos de unos cuatro centímetros, cocer en abundante agua hirviendo con sal unos 15 minutos –o menos, según nos guste la textura– con la cazuela tapada, donde se quedarán pegados los pelos de la borraja. Aquí, en casa, la receta reina es la más simple; la que la presenta cocida con sal y patata y arreglada con aceite crudo.

En bandejas, conservas y preparados
La borraja –borago officinalis– es una hortaliza poco conocida fuera del curso alto y medio del Ebro que durante mucho tiempo sólo se ha podido consumir como producto fresco. Su gran aceptación entre los consumidores llevó pronto a su comercialización con otras fórmulas como las conservas tradicionales o las bandejas de tallos cortados.
Pero ¿cuándo empezó a comercializarse de verdad? ¿A dar un salto en su producción y a conquistar los mercados, los restaurantes y los hogares?  Lo cierto es que su difusión no ha sido un proceso sencillo, debido al inconveniente que supone cortar y limpiar los tallos; aunque desde hace más de veinte años se comercializa en bandejas ya limpia y lista para cocinar, y también en tarros de cocina.
Todo empezó con los hermanos Mené. Vicente y Emilio Mené son de Montañana, barrio rural próximo a la capital aragonesa, regado por las aguas del río Gállego que desemboca muy cerquita en el Ebro. Cuenta Vicente Mené que ya desde crío cogía borraja con su padre y con su abuelo. Por aquel entonces la borraja se cultivaba en el campo y se extendía por doquier. «Llevamos toda la vida cultivando borraja», asegura Vicente Mené, quien con cierta timidez reconoce: «hoy en día somos los mayores productores de borraja de Aragón, de España y del mundo». Los hermanos Mené han pasado a la historia de la vida, supervivencia, despegue y reconocimiento de esta verdura al facilitar su comercialización. Desde que se decidieran a preparar la borraja cortadita y limpia en bandejitas individuales y facilitaran su comercialización en toda España con este cómodo preparado a través de una gran superficie comercial, El Corte Inglés.
Años antes, en 1985, comenzaron a montar invernaderos. Había que proteger a la borraja del frío. Esa es la función del invernadero, «no la de acelerar su crecimiento», apunta Vicente. Hoy en día, los productores hermanos Mené cultivan catorce hectáreas de borrajas con un rendimiento de producción anual de 600 000 kilos de borraja. «En los últimos años –destaca Vicente– hemos notado un incremento de consumo importante pero todavía echamos en falta que se promocione porque fuera de aquí se conoce poco, muy poco, y lo que no se conoce no se consume».
Ante la necesidad de hacer ensayos y buscar nuevos terrenos Vicente Mené ha cultivado borraja en numerosos lugares, incluso en Almería donde se ha desechado su cultivo, principalmente por el clima. «La cultivamos del mismo modo que lo hacía mi abuelo; totalmente natural. Es muy resistente al frío pero aún así hay que protegerla y conservar la temperatura a 0 º C. Para ello, estamos muy pendientes de las temperaturas y cuando es preciso en los días y noches más extremas  extendemos unas mantas sobre las hectáreas cultivadas. Precisamente, en estos momentos están todas tapadas».
Y apostilla: «la borraja que tenemos aquí es la más sabrosa y muchos sabemos que es por ser del valle del Gállego». En las siembras de enero, febrero y marzo utilizan la variedad movera para evitar que suba la flor y amargue la verdura. «El que no conoce la borraja no la compra», asegura este agricultor que come borraja todo el año y que apuesta por saborearla con patatas y un chorrito de buen aceite. «Hay que saber hacerla, precisa: el punto de cocción es muy importante y que esté recién hecha: buenísima», apostilla.
La borraja de los Hermanos Mené se sirve a toda España, en forma de bandejitas a través de El Corte Inglés y a numerosos restaurantes. En los últimos años, su comercialización ha mejorado tanto por la aprobación del reglamento técnico de la Calial –que permite la comercialización de los tallos de la borraja con esta garantía–, como por el hecho de que la borraja se ha apuntado  a la moda de los preparados de la quinta gama: ya se puede encontrar en el mercado en forma de algunos preparados como hamburguesas vegetales.
Pero volviendo a los productores, hay que destacar que junto a los hermanos Mené, y como productores de borraja se erige la Sociedad Cooperativa de Frutas y Hortalizas San Lamberto, que fue fundada en el año 1993 en el seno de la Cooperativa Agrícola de San Lamberto que a su vez se remonta al año 1945. En la actualidad, dicha cooperativa está formada por catorce socios, cuyas explotaciones agrarias están ubicadas en el Valle del Ebro, en la denominada huerta de Zaragoza.
En la actualidad, la superficie destinada al cultivo profesional de la borraja se calcula en unas 400 hectáreas, de las que 300 pertenecen a la provincia de Zaragoza. Esta planta herbácea de entre 60 y 150 centímetros de altura, de tallo grueso y carnoso, de un verde intenso y cubierto por pelillos punzantes, ha pasado de cultivarse al aire libre a una creciente producción en invernaderos y cultivo bajo plástico. Tanto, que hoy los investigadores aseguran que se podría decir que en Aragón la borraja se ha convertido en el cultivo más rentable en invernadero.
De hecho, es la hortaliza más cultivada en los invernaderos de Aragón. Su cultivo al aire libre está en plena regresión. Y no sólo porque en los invernaderos se amplían los periodos de cosechas, sino también por la mejor calidad y por su mayor rendimiento.

La cofradía de la borraja
La comunidad aragonesa es la mayor productora de esta hortaliza –y también la mayor consumidora– aunque surge la pregunta de un modo inevitable: ¿sabemos darle todo su esplender como producto propio aragonés? Pues hay quien cree que se trata de una verdura navarra o riojana ¿Estamos defendiendo y protegiendo a la borraja autóctona tal y como se merece, no solo en los restaurantes, sino también como producto?
Es muy apreciada en nuestros lares, en nuestro territorio. Pero ¿y fuera? ¿Por qué no se cultiva en otras zonas? El valle medio del Ebro es la única zona hortícola donde se cultivan aunque es en Zaragoza donde se concentra más del 80 % de la producción total del país, motivo por el que se le denomina «la reina de la huerta zaragozana». Pocos restaurantes no cuentan con alguna receta de borraja entre sus opciones, ya sea sencilla o sofisticada. Es un plato muy popular en Aragón, doméstico sobre todo y, a veces, limitado al ámbito familiar. Un éxito que se ha extendido a Navarra y La Rioja, donde también se cultiva, aunque en proporciones pequeñas, así como en San Sebastián, Barcelona y Málaga.
Aquí, como novedad, se ha comenzado a impulsar la Cofradía de la borraja y el crespillo para defender e impulsar este producto. Producto que en países cercanos se ofrece como delicatesen.

Movera, primera selección de borraja
José María Álvarez, jefe de la Unidad de Producción Vegetal del Centro de Investigación y Tecnología Agraria (CITA), realizó junto al investigador Fernando Villa en los años 90 una intensa investigación sobre la borraja. Por aquel entonces, recuerda Álvarez, «yo mismo consumía ya bastante borraja de modo habitual».
En los años 80 la borraja se introdujo como planta básica en los invernaderos, cuyo cultivo invernal era en un 90 % borraja, que resistía muy bien el duro y frío invierno. Pero surgió un problema, pues cuando florece, y en ese proceso influyen la  temperatura y la luz, los tallos de la borraja dejan de ser comestibles; es decir, pierde su valor organoléptico y, por tanto, comercial.
«Al llegar marzo –relata el investigador del CITA–, subían las temperaturas, subían las flores, la borraja se recogía antes y al llegar al mercado de golpe bajaban los precios y al tiempo no había borraja en el mercado. Se nos pidió que investigáramos una selección de borraja para escalonar la producción, para retrasar la subida a flor de la borraja. Y de eso salió la variedad Movera. El proceso de selección de esta variedad de la borraja duró cinco años. Y es la borraja movera la que hoy en día se siembra, recoge y comercializa a lo largo de todo el año, siendo la indicada para sembrar en diciembre y enero y comercializar a partir de marzo. 
La borraja se comercializa bajo dos variedades: flor blanca –una selección hecha hace cientos de años– y movera.
Álvarez destaca que aunque la variedad de flor blanca es la única borraja comestible, en otros países se utilizan las flores de color azul y violeta de otras variedades de borraja para usos culinarios en ensaladas. Y también hace hincapié este investigador –orgulloso de ser uno de los padres de la borraja del siglo XXI– en el interés de la semilla de la borraja; la fuente más importante de ácido gamma-linolénico, indicado para estados de estrés, embarazo, etcétera.
Eso sí, Álvarez coincide con otros conocedores de esta peculiar hortaliza que su recolección es difícil. «La borraja lanza la semilla fuera y es realmente minucioso su proceso de recolección».
¿Por qué solo se cultiva en Aragón esta preciada verdura? El jefe de la Unidad de Producción Vegetal del CITA apunta que «ha ido desapareciendo en muchas zonas de huerta», y añade medio en broma: «ya la conocían en la Edad Media, y había que tener mucha hambre para verla y comerla». Lo cierto –señala Álvarez–, es que «la borraja se podría cultivar en cualquier parte, dado que su dificultad es conocerla y saber tratarla».
Fresca, cocida y con un chorrito de aceite y vinagre. Así la come uno de los padres de la borraja que hoy llega a nuestra mesa.

jueves, 21 de junio de 2012

RECETA 011 Crema de borrajas con raviolis de tocino ibérico a la menta


Receta publicada en el número 26 de GASTRO ARAGÓN, de enero/febrero de 2012, dedicado a la borraja, obra del cocinero Joaquín Muñoz.


Como crema, una interesante posibilidad. FOTO LUIS CORREAS
 Ingredientes para 4 personas:
Las hojas de 1 kilo de borrajas, 100 gramos de tallos de borrajas  para los raviolis, 400 mililitros de caldo de pollo, 300 gramos de tocino fresco, 100 gramos de jamón ibérico en finas lonchas, 100 gramos de mantequilla, hojas de menta frescas, aceite de menta, sal.
Elaboración:
Poner a cocer las hojas de borrajas con el caldo de pollo. Una vez cocidas triturarlas  hasta obtener una crema homogénea. Emulsionar en caliente con la mantequilla. Pasar por un colador. Poner a punto de sal y reservar.
Por otra parte retirar el exceso de sal del tocino, envolver en papel film y congelar. Al sacar del congelador, cortar finas láminas y extenderlas sobre papel sulfurizado.
Para los raviolis, cocer los tallos de borraja en agua hirviendo y sal. Retirar del agua y dejar enfriar. Una vez fríos cortarlos finamente. Colocar sobre las láminas de tocino una hoja de menta y un puñadito de tallos de borrajas. Formar los raviolis y reservar.
Con las lonchas de jamón ibérico preparar un crujiente. Extender las lonchas en una bandeja de horno y encima poner papel sulfurizado con algo de peso encima. Introducir en el horno a 90 º C hasta que el jamón esté crujiente.
Para el aceite de menta: escaldar 100 gramos de hojas de menta (sin el tallo) en agua hirviendo. Refrescar en agua con hielo y poner a escurrir. Poner en un vaso con 50 mililitros de aceite de oliva y triturar. Pasar por un colador y guardar.
Para presentar el plato, calentar la crema sin que llegue a hervir. Añadir unas gotas de aceite de menta. Calentar los raviolis y disponerlos en un plato sopero, con las láminas de jamón crujiente por encima.

jueves, 14 de junio de 2012

RECETA 010 Canelones de borrajas con pescado y almejas


Receta publicada en el número 26 de GASTRO ARAGÓN, de enero/febrero de 2012, dedicado a la borraja, obra del cocinero Joaquín Muñoz.

Combinando con la pasta. FOTO LUIS CORREAS
Ingredientes para 4 personas:
3 matas de borrajas, 20 placas de canelones, 2 huevos, 300 gramos de almejas, 600 gramos de pescado blanco al gusto, 300 gramos de pulpa de tomate, 40 gramos de queso rallado, 20 gramos de miga de pan humedecida en leche, 1 cucharada de perejil, 1 cucharada de albahaca, medio diente de ajo, aceite de oliva del bajo Aragón, mantequilla, sal, pimienta.
Elaboración:
Cocer los canelones en agua con una pizca de mantequilla durante 10 ó 12 minutos. Extenderlos sobre un paño para que se enfríen y escurran. Reservar.
Limpiar el pescado, ponerlo en una cazuela con aceite y hacerlo durante 4 o 5 minutos a fuego suave. Escurrir y quitar las espinas y la piel. Colocarlo en un mortero junto con la borraja hervida, exprimida y picada. Trabajar con la mano del mortero e incorporar 2 huevos batidos, la miga de pan, el queso, la sal y la pimienta. Mezclar bien hasta obtener una preparación homogénea.
Para la salsa, picar el ajo y sofreír en una cazuela con aceite, el perejil y la albahaca. Incorporar la pulpa de tomate y dejar a fuego lento hasta que esté hecha.
Rellenar los canelones con la preparación anterior. Colocar en una fuente de horno,  cubrir con la salsa y calentar unos 10 minutos antes de servir.
Presentar con salsa de tomate por encima y las almejas recién abiertas en una sartén.

La cofradía ya está en twitter

Cofrades y borrajeros varios.
La Cofradía de la borraja y el crespillo de Aragón ya está en twitter. Se puede seguir a través de 
 

sábado, 9 de junio de 2012

Reunión de la Cofradía de la borraja y el crespillo de Aragón (martes, 12)

El martes, 12, a las 20 horas, en el restaurante La Scala -Sanclemente, 4. Zaragoza. 976 237 880- se celebra el primer capítulo de la Cofradía de la borraja y el crespillo de Aragón, abierto a quienes deseen ingresar en ella. Tras la reunión de trabajo, cena, por 20 euros, con la borraja como protagonista: Cocido de borraja y patata escurrido, aderezado con aceite de oliva virgen empeltre o arbequina; Chiretas con guarnición; y Crespillos de borraja y helado de canela.



jueves, 7 de junio de 2012

RECETA 009 Risotto de almejas y borrajas


Receta publicada en el número 26 de GASTRO ARAGÓN, de enero/febrero de 2012, dedicado a la borraja, obra del cocinero Joaquín Muñoz.

Otra forma de elaborar el arroz con almejas. FOTO LUIS CORREAS

 Ingredientes para 4 personas:
200 gramos de arroz, 200 gramos de tallos de borrajas, 200 gramos de almejas, 2 cucharadas soperas de cebolla finamente picada, 2 vasos de fumet caliente, medio vaso de  vino blanco, mantequilla, queso rallado.
Elaboración:
Abrir las almejas al vapor, despojarlas de las valvas y reservar la pulpa.  Reservar el líquido que han desprendido las almejas para confeccionar el risotto.
Cocer las borrajas y reservar.
Sudar la cebolla en la mantequilla. Agregar el arroz. Añadir el vino blanco. Verter el fumet caliente sobre el arroz poco a poco a medida que el arroz absorba el líquido, moviendo con una cuchara de madera; de esta manera el arroz desprende el almidón que contiene y se liga sin necesidad de un elemento de ligazón, obteniendo un arroz cremoso) Calcular 15 minutos de cocción aproximadamente.
Incorporar  antes de finalizar la cocción del arroz, las almejas, su líquido de cocción y las borrajas. Mezclar todo el conjunto unos minutos añadiendo bolitas de mantequilla con el fin de refinar el risotto y ligarlo ligeramente.
Rectificar de sal si fuera necesario.
Emplatar espolvoreando con alguna  hierba aromática y el queso rallado.